Dx-1827 caminaba por la calle desierta observando el panorama desolador. Muchos negocios del distrito comercial estaban cerrados, o en algunos sus puertas habían sido abiertas a la fuerza, tal vez por personas desesperadas que buscaban provisiones. Pero eso carecía de importancia a Dx, más que nada porque no sabía que hacer.
Varios fueron los factores que causaron la caída de la humanidad; una pandemia, crisis económica etc.. pero ahora que los amos ya no estaban ¿que harían sus siervos? Dx-1827 era un androide para servicio doméstico, diseñado para lucir lo más parecido a un humano normal con tal de no causar rechazo de parte de sus amos, aunque irónicamente ocurrió lo contrario. Pero eso no importaba ahora, ya que no existía alguien que le diera órdenes, así que su cerebro artificial calculó que lo mejor sería buscar un nuevo propósito, aunque ni él sabía exactamente que significaba eso.
Y ahora que lo pensaba tratar de pensar por sí mismo le resultaba algo incómodo. A pesar de ser un androide construido con lo último en tecnología robótica, su cerebro fue diseñado para no ser completamente independiente. Siembre debía existir un humano que le dijera lo que debía de hacer. Pero ahora que ya no recibía órdenes, ¿entonces qué? Pero sus computaciones fueron interrumpidas por un ruido repentino. De una calle aledaña le pareció escuchar gritos y la agitación de una pelea, decidió encaminarse rápidamente a averiguar de que trataba todo eso.
Cuando dobló la esquina, inmediatamente divisó a un grupo de personas que rodeaban a otra.
-Miren, es uno de “ellos” -dijo una de las personas refiriéndose a quien iban a atacar.
-Sí, creí que ya no los hacían, tal vez tenga algún valor. Podríamos intercambiarla por comida.
Todos miraban a una mujer jóven; cabello castaño, lacio, corto y que vestía una ropa muy llamativa y sugerente. A Dx no le fue muy difícil analizar la situación, su sensor detectó que la presión arterial de la chica se había elevado junto con su ritmo cardiaco; estaba asustada.
-¿Y tú quien diablos eres? -exclamó uno de los hombres al ver a Dx acercarse hasta quedar a un lado de la chica.
-Disculpen la interrupción, pero he detectado que esta humana corre peligro -dijo Dx sin inmutarse.
-¡Lárgate pedazo de hojalata, sino quieres que te desguacemos y te vendamos por kilo! -gritó otro de los hombres.
Pero Dx seguía en su sitio, no se movería si un humano estaba en peligro.
Al ver que ese necio robot no les hacia caso lo atacaron; uno de ellos avanzó blandiendo un tubo de metal el cual fue detenido en seco por el androide. Dx le quitó el tubo, lo dobló con una sorprendente facilidad y lo arrojó lejos, después atrapó la muñeca del hombre y la hizo girar hasta que este gritó de dolor, entonces Dx lo soltó. Otro humano le arrojó una piedra de gran tamaño que impactó contra la cabeza del androide, pero el robot, en un arranque de rapidez sobrehumana corrió hacia su atacante, lo atrapó por sus ropas y lo arrojó hacia una pared donde impactó y cayó al suelo inconsciente. Los demás humanos huyeron abandonando a sus compañeros al darse cuenta que este oponente no sería nada fácil de destruir.
-¿Te encuentras bien? -le preguntó Dx a la chica.
-¿Yo? eh... sí, gracias -respondió con timidez.
-Esos humanos mostraron hostilidad hacia tú persona, ¿puedo saber la razón? -preguntó Dx.
Pero la chica guardó silencio, por algún motivo quería esconder la razón por la que querían atacarla.
-No lo sé -respondió ella.
-Ya veo.
Dx observó a su alrededor, entonces notó que los humanos a quienes había vencido comenzaban a moverse.
-Recomiendo que nos retiremos de este lugar, podríamos recibir represalias de parte de los compañeros de estos agresores.
-De acuerdo -dijo la chica siguiendo al androide.
Los dos caminaban mientras observaban a su alrededor. Era otra calle del distrito comercial y al igual que las demás estaba vacía.
-Vaya desorden -dijo la chica mientras observaba a su alrededor-, en verdad el mundo de los humanos se vino abajo.
-Efectivamente, ya no existen instituciones encargadas de mantener el órden, al parecer todo se ha reducido al caos y a la ley del más fuerte.
Dx notó que la chica esbozaba una enorme sonrisa, e incluso soltó una risita.
-Qué bien, ¡es genial!
El androide estaba confundido; que un humano diera muestras claras de alegría ante una situación que debía provocar congoja y preocupación.
“¿Acaso el cerebro humano también puede presentar fallos en su funcionamiento?” se preguntó Dx.
-Oye -dijo de pronto la chica-, tengo hambre, ¿podríamos buscar algo de comer?
-En efecto, estamos en una zona comercial, así que es altamente probable que encontremos algún compendio donde vendan alimentos. Afortunadamente solo tú serías la única en la necesidad de obtener nutrición orgánica, yo puedo recargarme con electricidad o en una estación fotovoltaica.
-Ay, no hables así, es muy cansado escucharte -le reprochó la chica.
-Es la norma estándar de comunicación fijada para androides -respondió Dx.
Después de caminar un rato llegaron a un restaurante. Tal vez tiempo atrás dicho lugar habría sido agradable; era pequeño y con una decoración que le daba aire de ser acogedor. Pero cuando Dx y la misteriosa chica se acercaron vieron que había sido saqueado. Los cristales rotos y los muebles desordenados daban cuenta del asalto.
Un poco desanimados entraron para ver si logró quedar algo. Después de buscar por unos minutos lograron encontrar un poco de alimento. Dx levantó una mesa tirada, le colocó un mantel nuevo que tomó de un estante y finalmente dos sillas. La chica se sentó alegre dispuesta a degustar el pan aplastado y el atún enlatado. Dx tomó asiento en la otra silla, manteniendo la espalda rígida, con las manos sobre la mesa y la cabeza miando al frente; como todo androide que espera órdenes.
-¿Y cómo te llamas? -preguntó la chica.
-Androide de servicio doméstico denominación Dx-1827 -contestó estoico el ser.
-Otra vez hablando así, ¿acaso no te cansas?
-Soy incapaz de mostrar cansancio, además que esa es la forma de comunicación aprobada por la Administración.
-¿Administración? -dijo ella con la boca llena- ¿Cuál? ¡Todo lo que fue creado y controlado por humanos ya no existe! ¿Es que no te has dado cuenta? ¡Eres libre!
-¿Libre? -dijo Dx fijando su vista en ella.
-¡Sí! Ya no existe nadie que te dé órdenes, no estás obligado a hacer cosas que odias. Ya no existe alguien que te vea solo como un trozo de carne, o un objeto que puede ser usado y después desechado.
Mientras hablaba Dx notó cierta tensión en la chica, su escáner biométrico reveló alteraciones físicas de alguien que recuerda algún evento traumático, e incluso vio algunas lágrimas en los ojos de la chica.
-No siento pena por ellos -dijo la chica mientras estrujaba un trozo de pan-, lo que les pasó se lo buscaron y no pudieron lidiar con las consecuencias. Ahora soy libre, nadie me dará nunca más órdenes, ¡nunca! -y aplastó el pan contra la mesa.
El silencio reinó durante unos minutos, entre tanto ella terminó de comer y Dx procesó todo lo que había escuchado.
-¿Puedo saber tu nombre? -preguntó el androide.
La chica guardó silencio, desvió la mirada y observó a través de los cristales rotos mientras los rayos del sol del atardecer entraban por la ventana.
-Nunca tuve un nombre de verdad, o al menos que me gustara -dijo lentamente-, en el lugar donde estaba esclavizada solamente me llamaban “Ardiente Rose”, pero me daba asco. Cuando me escapé viví escondida hasta que llegó el Fin de la civilización humana. Entonces elegí un nombre; Camilla.
-¿Esclavizada? -preguntó el androide- ¿Tú, una humana? Según la ley de derechos humanos un ser humano es libre por derecho de nacimiento...
Pero fue interrumpido por una risotada de Camilla, sonaba forzada y sarcástica.
-Es que yo no soy humana, al menos según los homo sapiens no lo soy -dijo después con una sonrisa amarga-. “Nací” en un laboratorio de clonación en masa; soy un clon destinado al entretenimiento.
-Un clon -repitió Dx-, un humano producido en un laboratorio.
-Sí, soy una creación de ellos -dijo Camilla bajando la voz.
Los dos salieron del restaurante y caminaron al azar. Dx propuso que buscaran refugio ya que cuando oscureciera estarían muy expuestos al ataque de humanos.
-Es muy probable que los humanos que intentaron atacarte busquen represalias. Debemos buscar un lugar donde resguardarnos.
-Pero, ya sabes que no soy “humana”, en un sentido, ¿y te sientes obligado a preocuparte por mí, un clon? -dijo Camilla.
-De acuerdo a mi banco de datos, mi definición de “ser humano” es un individuo capaz de razonar de forma compleja y abstracta, tú tienes esa capacidad de razonamiento; además que tu físico corresponde al descrito en dicha definición: dos miembros anteriores e inferiores, una cabeza y perteneces al género femenino de la especie humana. Por lo tanto eres un humano, el hecho que seas un clon no contradice estos hechos.
Camilla se paró en seco y observó con detenimiento al androide. A pesar de haber escuchado una explicación larga y aburrida, ella comprendía el mensaje; para Dx ella era una persona, un ser vivo sin importar que fuera un clon.
-Por ello he decidido que mi principal objetivo es mantenerte a salvo tal y como dicta mi programación -continuó hablando el androide-, así que sigamos avanzando y busquemos un refugio.
“A pesar de ser solo un robot, un ser más artificial que yo, él decidió que debía protegerme. No se lo ordenó nadie. Y eso que yo pensaba tratarlo como un sirviente. También es libre pero no sabe como tratar con dicha libertad” pensó Camilla.
Lograron encontrar un sitio que les serviría como refugio, al menos para esa noche. Era un pequeño edificio habitacional de cuatro pisos de altura. Con mucha cautela se dirigieron al interior caminando lentamente y escuchando para detectar algún posible peligro. Entraron en una habitación vacía y se instalaron. Durante un tiempo platicaron de varias cosas. Entre estas era acerca del futuro, ¿qué les depararía? Aunque los humanos no se habían extinto pero ya no formaban una sociedad organizada; con la disolución de los gobiernos ahora cada quien hacía lo que quería, era una anarquía total.
Mientras Camilla dormía en un sofá Dx vigilaba. A veces estaba completamente activo, u otras entraba en una especie de suspensión, aunque sus sensores de sonido nunca dejaron de funcionar. La mañana llegó y con ella nuevos desafíos. Camilla se levantó y estiró hasta desperezarse.
-Hola -saludó ella cuando vio al androide.
-Buenos días -respondió Dx.
Camilla observó a su alrededor. Pudo notar que el departamento era cómodo y quien hubiera sido el dueño tenía buen gusto.
-Bonito lugar.
-Efectivamente, estaba considerando la posibilidad de quedarnos en este lugar.
-¿En serio? -dijo la chica emocionada.
-Es cómodo y se localiza en la zona céntrica de la ciudad, además que al parecer aun hay energía eléctrica. Y en caso necesario sería fácil esconderse aquí.
-Bien, entonces ¿y ahora qué?
-Calculo que necesitaremos provisiones, en especial tú, así que saldremos para recolectar alimentos.
Los dos salieron del edificio que había sido su refugio nocturno y se dirigieron a la zona comercial. Dx esperaba encontrar alimentos, de preferencia enlatados ya que estos durarían más tiempo, además de encontrar accesorios para androides.
Recorrieron la zona donde se habían encontrado y después se dirigieron a un centro comercial. Al llegar se encontraron con un panorama desolador; lo habían saqueado. La zona de alimentos estaba casi vacía, con excepción de unas pocas latas que lograron encontrar regadas por ahí. Aunque la sección de alimentos para mascotas estaba intacta, pero Camilla no se atrevería a comer comida para perros.
Durante el resto del día se la pasaron buscando más provisiones, pero para Camilla era más como salir de compras, con la sencilla diferencia de que todo era gratis, ya que nadie les cobraría por saquear un negocio abandonado.
De vuelta en el distrito comercial Camilla había entrado en una tienda de ropa, donde ella se probó distintas prendas; quería deshacerse de sus ropas llamativas y lascivas, prefería algo más normal, que la hiciera ver como un humano libre.
Se vestía con un atuendo, lo observaba en un espejo para comprobar que tan bien le quedaba y después iba a cambiarlo por otra combinación diferente.
-¿Es necesario esta actividad? -preguntó Dx mientras observaba a la chica.
-Claro que sí -exclamó ella mientras miraba dos blusas y decidía cual ponerse-, gran parte de la comida ha sido saqueada o se descompuso. Pero nadie ha tocado las tiendas de ropa, sería un desperdicio dejar ropa tan bonita ¿no crees?
-Comprendo que la ropa es necesaria para cubrir el cuerpo y protegerlo de la intemperie -dijo Dx-, pero en la situación en la que nos encontramos elementos como “variedad” o atractivo visual queda en segundo plano.
-Tú siempre con tus explicaciones tan complicadas, ¿es que no deseas nada para ti?
-¿Desear? -preguntó el androide confundido.
-Sí, ya eres libre, no hay humanos que te den órdenes, puedes hacer todo lo que hubieras deseado, ¿acaso no tienes algo que quieras hacer?
-En estos momentos, mi mayor prioridad es protegerte, eso sería un equivalente a “desear” algo.
Camilla lo observó con cierto fastidio, como alguien que se cansó de escuchar a un necio.
-Bien, si a esas vamos -dijo de repente sonando autoritaria- yo, la persona a quien debes proteger, te ordena que dejes esa mochila en el suelo y te pruebes alguna prenda.
-No es necesario -respondió Dx.
-¡Dx-1827! ¡Haz lo que te ordeno! -exclamó Camilla.
El androide actuó inmediatamente, dejando en el suelo la mochila que contenía las provisiones y acercándose a la jóven; era como si su antiguo Administrador en jefe le hubiera dado una órden.
Durante una hora Camilla literalmente jugó con él, como si se tratara de un muñeco para niñas pero de tamaño natural y fabricado con metal y plástico. Lo vestía con los sets de ropa más variados; desde vestuarios formales como sacos de color negro, corbata, pantalón de vestir y zapatos, hasta los más ridículos: camisas hawaianas, pantalones cortos y botas de vaquero. Camilla soltaba ruidosas carcajadas cada vez que observaba los resultados de las diabluras que le jugaba al androide. Dx solamente soportaba semejantes experimentos con estoicismo, simplemente porque carecía de las emociones necesarias para sentirse molesto y frustrado.
-Bien -dijo la chica conteniendo la risa-, ya fue suficiente, volvamos que ya es tarde, voy por a ropa que me llevaré -y se alejó.
Cuando regresó observó sorprendida a Dx. Se había quitado la ropa que ella le puso, pero estaba escogiendo algunas prendas entre las que estaban tiradas a su alrededor. Con sumo cuidado Dx se vistió y observó en el espejo su indumentaria: una camisa de a cuadros azules y manga larga, pantalón de azul oscuro y zapatos casuales de color café. Durante largo tiempo el androide apreció su imagen reflejada.
-¿Te gusta? -le preguntó Camilla.
Él se giró a verla, y la chica observó una expresión extraña en ese rostro artificial.
-Sí, es de mi agrado -respondió lentamente Dx.
Durante todo el tiempo que se conocían el androide por única vestimenta solo tenía un uniforme de trabajo usado. Pero ahora que se veía en el espejo pudo darse cuenta del cambio que hubo en su físico; el gris azulado de su cuerpo artificial hacia combinación con la ropa humana que vestía.
-Es hora de irnos -dijo Dx a continuación-, como haz dicho la tarde avanza.
Eligió otras prendas más que guardó en una bolsa que Camilla había tomado de un aparador y se dispusieron a regresar a su refugio.
De camino ocurrió algo que desconcertó a Dx. Mientras avanzaban por la calle Camilla repentinamente tomó del brazo al androide y apoyó su cabeza en su hombro.
-¿Sucede algo? -preguntó este.
-No, nada -le respondió la chica-, solo que nunca en mi vida me he sentido así de feliz.
-Soy ajeno al concepto de felicidad, ¿es posible que lo puedas describir?
-Sería difícil -contestó Camilla mientras avanzaban tomados del brazo-, pero podría decirse que es cuando te sientes bien contigo mismo; te sientes tranquilo o emocionado según sea el tipo de felicidad.
-Me temo que no te comprendo -dijo el androide.
-Lo siento, yo tampoco sabía que era la felicidad sino hasta ahora.
Así la pareja siguió avanzando, tomados del brazo como si fueran amantes de verdad. Pero ese momento de alegría fue cortado de forma brusca por una aparición que les recordó que el mundo donde ahora vivían era muy peligroso. Mientras caminaban Camilla vio a unos metros delante de ellos un objeto en el suelo. Inicialmente no tenía una forma definida, pero conforme avanzaban se dieron cuenta que se trataba de una persona que yacía tirada en la calle. Cuando llegaron muy cerca notaron que la persona estaba recostada sobre su costado izquierdo, con un brazo colgándole hacia atrás. Los dos se acercaron con cautela y Camilla tuvo que reprimir un grito; la cabeza estaba sumergida en un charco de sangre, con la boca abierta por la cual entraban y salían moscas.
-¡Qué asco! -exclamó la clon.
Dx examinó atentamente el cadáver.
-La sangre aun está fresca, parece que murió hace unas horas -comentó mientras observaba el cuerpo.
Después levantó la cabeza y la giró lentamente de derecha a izquierda, como si algún sensor estuviera recopilando información.
-Después de todo creo que esta zona no es segura, probablemente este humano murió a manos de otro. Debemos ser cautelosos.
Tomó de la mano a Camilla y la urgió a caminar rápido.
Cuando llegaron a su refugio entraron de forma furtiva; caminando lento tratando de no provocar algún ruido que los delatara. Al acercarse al cuarto donde pasaron la noche anterior Dx dejó a la chica en el pasillo mientras él se aseguraba que todo estuviera despejado. Momentos después regresó junto a ella para informarle que era seguro entrar.
Camilla cenó antes de dormir y Dx recargó sus baterías en el toma corriente. Mientras ella dormía el androide vigilaba y reflexionaba, o al menos su cerebro artificial realizaba un proceso muy parecido a reflexionar. Antes de conocer a Camilla él se sentía sin propósito alguno, ya fuera debido a su programación que le obligaba a servir siempre a su empleador, pero ya no había algún humano que le diera órdenes. Recordó que caminaba sin rumbo y con su procesador en conflicto porque comenzaba a creer que si no tenía alguien a quien servir entonces no tenía valor. Pero conoció a Camilla, a quien él consideraba una humana a pesar de ser un clon. A diferencia de él ella disfrutaba el hecho de no tener amo, se consideraba libre.
“Pero, ¿que es ser “libre”?” “¿Que conlleva dicha libertad?” pensaba mientras estaba sumido en la oscuridad de la noche. Dx nunca se imaginó que podía existir sin alguien a quien servir, y sin embargo ahí estaba protegiendo a una chica quien le dijo que fuera libre. Fue en ese entonces cuando se dió cuenta de algo, ella no le ordenó que la protegiera, él decidió hacerlo; tomó una decisión en base a su propia forma de pensar artificial.
-Tal vez eso sea parte de ser libre -dijo Dx mientras veía dormir a la clon.
Al otro día cuando la chica se despertó vio que Dx estaba preparando las mochilas.
-¿Qué sucede? -preguntó ella.
-Anoche mientras dormías escuché un alboroto en las inmediaciones -respondió Dx-, fui a investigar un poco y descubrí a una banda de humanos hostiles. Por lo que escuché de su plática ellos fueron los responsables del asesinato del humano que encontramos ayer. Lo siento mucho pero este lugar ya no es seguro, tenemos que irnos de aquí.
-Ah, esta bien -dijo ella acongojada.
Se prepararon para partir; tomaron sus cosas y para desconsuelo de Camilla tuvieron que dejar algunas prendas de vestir.
-Ya encontraremos otra tienda de ropa abandonada, debes ser consciente de que legalmente la robaste -le dijo el robot.
-Ay por favor -le reprochó la chica-, ¿y quien se va a quejar de unas cuantas ropas saqueadas?
-Nadie, pero lo que fácil viene, fácil se va.
Ella iba a responder cuando repentinamente comenzó a toser. No era una tos provocada por el polvo o un catarro; era mucho más violenta y persistente. Dx trataba de socorrerla de alguna forma pero era inútil. Después de casi un minuto de toser Camilla escupió sangre.
-¿Te encuentras bien? -preguntó el androide ansioso al ver la mano.
Camilla no respondió, pero en la cara se reflejaba asombro y miedo.
-Tenemos que encontrar algún tratamiento...
-No te preocupes -dijo ella interrumpiendo a Dx- solo fue momentáneo, no es nada grave.
-¿Segura? -preguntó el androide preocupado.
-Sí, vámonos.
Salieron del cuarto y se dirigieron a la planta baja. Antes de salir del edificio Dx escaneó los alrededores para asegurarse que no había algún peligro, cuando estuvo seguro que estaba despejado salieron y se dirigieron hacia la salida de la ciudad.
Tardaron cerca de dos horas en llegar a la salida, ya que tuvieron que evadir bandas de humanos sobrevivientes quienes si los descubrían probablemente les harían daño. Dx y Camilla caminaban en una autopista completamente quieta; tiempo atrás estaría llena de vehículos entrando y saliendo de la ciudad, había automóviles pero vacíos.
-Bien, ¿cual es el plan? -preguntó Camilla.
-Hemos de suponer que todas las ciudades humanas entraron en este estado de anarquía, así que esta descartado por completo ir a una de ellas. Por lo tanto propongo que vayamos a la campiña -dijo Dx.
-¿Al campo?
-Así es, de preferencia alguna zona alejada de cualquier asentamiento humano. No podemos confiarnos de nadie.
-Ya veo, ¿y después?
-Lo veremos con el tiempo -respondió el androide.
Después de avanzar varias horas se alejaron de la ciudad, pero aun faltaba para llegar a su destino. A pesar de que estaban solos siempre estaban atentos ante cualquier seña de peligro.
Durante el viaje Dx comenzó a notar un cambio en la salud de Camilla. Cada cuanto ella tenía esos extraños ataques de tos, durante los cuales tosía violentamente y casi siempre terminaba escupiendo sangre. El androide comenzó a sentirse alarmado.
-Esas reacciones no son nada normales, y por lo que veo están empeorando.
-Ya te dije que no son nada, pronto se me pasarán -decía Camilla antes de darle un sorbo a una botella de agua.
-¿Y es normal que escupas sangre después de cada ataque? -dijo Dx.
-No es nada- repitió la chica restándole importancia.
-Es necesario obtener un diagnostico de tu padecimiento para que recibas atención adecuada.
-No creo que sea algo fácil de solucionar -dijo ella susurrando.
Así viajaron dos días hasta que llegaron a la campiña. A donde quiera que uno observara solo había campos cultivados hasta donde la vista alcanzara. Camilla estaba feliz de ver otro panorama diferente al de la ciudad; solo el verdor de los pastizales, y los colores de diferentes cultivos era lo que estaba a la vista.
-¡Vaya! ¡Impresionante! -exclamó la chica.
-Así es -respondió el androide-, esta zona estaba dedicada exclusivamente al cultivo de alimentos, pero al parecer ya no serán cosechados por alguien.
-¿Eso quiere decir que podemos tomar unos pocos? -preguntó Camilla emocionada.
-¿Tomar?
Pero antes de que pudiera responder o hacer alguna observación la chica salió corriendo hacia uno de los cultivos, logró saltar con facilidad la valla protectora y después de unos momentos regresó al lado de Dx sonriente y trayendo consigo varios elotes.
-En otro tiempo te regañaría haciéndote ver lo ilegal de tus acciones -dijo Dx un poco molesto.
Pero ella no le hizo caso, solamente caminaba sonriente mientras abrazaba los frutos de su hurto.
Conforme avanzó el día en el cielo se formaron nubarrones, y muy pronto la lluvia amenazó con caer sobre los viajeros.
-Debemos buscar refugio -comentó Dx mientras observaba el cielo.
-¿Que tal esa casa? -dijo Camilla.
El androide siguió con la vista hacia donde ella apuntaba, y vio una casa que estaba cerca del camino. Los dos se dirigieron rápidamente hacia ella ya que las primeras gotas comenzaron a caer. Se refugiaron en el pórtico de la casa mientras observaban como una cortina de agua lo cubría todo.
-El aguacero es notable, a pesar de la gravedad del cambio climático -dijo Dx.
Mientras tanto Camilla observaba a través de las ventanas hacia el interior de la casa. Por lo poco que pudo vislumbrar se veía vacía, las luces estaban apagadas y no había movimiento alguno.
-¿Crees que sea seguro? -preguntó ella.
Dx se dio la vuelta y al igual que su compañera dio un vistazo, pero su avanzada visión artificial escanéo el interior buscando señas de actividad.
-Oye -dijo de pronto Camilla-, está abierto.
Y empujó la puerta de la entrada.
-Espera por favor -dijo rápidamente el androide.
Abrió la puerta y entró en la casa. Estaban en la sala de estar y Dx comenzó a girar la cabeza de izquierda a derecha como si fuera una cámara de vigilancia.
-¿Pasa algo? -preguntó Camilla.
-Creí detectar algo, pero tal vez fue un error de lectura -dijo Dx.
Los dos tomaron asiento en los sillones de la sala y decidieron esperar hasta que la lluvia pasara, pero por lo que veían tardaría un buen tiempo antes de parar.
-Tal vez debamos pasar la noche aquí -mencionó Camilla.
-No es seguro -dijo Dx.
-¿Eh? ¿Porqué?
De pronto el androide se levantó de un salto y fijó la vista hacia una entrada de un corredor.
-Sé que estás ahí, ¡sal de inmediato! -dijo alzando la voz.
Camilla igualmente se levantó de un salto y se colocó detrás de Dx. Pasaron unos minutos y una figura escuálida apareció por la entrada, debido a la poca iluminación la chica casi da un grito creyendo que era un cadáver andante. La figura empezó a andar hacia ellos.
-Detente, no avances más -ordenó Dx.
Los dos observaron mejor al recién aparecido y descubrieron que era otro androide, pero más delgado que Dx.
-Unidad de servicio doméstico Vt-0056 -dijo con una voz electrónica propia de un robot.
Se podía ver que era un modelo viejo, en varias partes de su cuerpo el desgaste era evidente, y su voz se escuchaba rara, tal vez tenía un fallo en su módulo vocal. Lo que era su cabeza constaba de un cilindro apenas y más ancho que una botella de agua, los ojos eran tres lentes de color verde.
-¿Qué hacías espiándonos? -preguntó Dx severamente.
-Solo me aseguraba que no fueran intrusos agresivos, temía por la integridad de mi persona.
-¿Tenías miedo por tu seguridad? -preguntó Camilla.
-Así es, una de mis funciones básicas es la de proteger mi propio ser, aunque está por abajo de la prioridad de proteger a mis amos humanos.
-¿Y dónde están tus amos humanos? -preguntó Dx.
-Murieron -respondió Vt.
-¿Cómo?
-No atestigüé su muerte, sospecho que el señor mató a la señora, o lo hicieron entre ellos.
Dx no dejaba de observar a Vt, había algo sospechoso en su forma de hablar.
-Oye -dijo Camilla saliendo de detrás de Dx-, no se si ya te enteraste pero ya no hay humanos que te dé órdenes, eres libre.
-Camilla espera... -dijo Dx tratando de detenerla.
De pronto el ambiente se sintió tenso, Vt dio un paso hacia adelante e hizo ademán de levantar un brazo, pero Dx fue más rápido y se interpuso.
-¿Eres humana? -preguntó Vt deteniéndose al ver que el otro androide le cortaba el paso.
-Soy un clon, no soy exactamente humana -dijo Camilla confundida por lo que acaba de pasar.
-Ya veo, entonces pido disculpas por mi comportamiento, si desean pueden quedarse todo lo que quieran.
-¿Y que hubiera sucedido si fuera humana? -preguntó Dx, quien no sentía mucha confianza ante Vt.
-Nada... solo que... los humanos... a veces me confundía su comportamiento, no sé como interactuar con ellos.
-Pues ya no te preocupes -dijo Camilla-, ellos ya no mandan, no tienes porqué seguir preocupándote por ellos, ¡sé libre como nosotros!
-¿Libre? -dijo Vt.
-¡Sí! Vive tu vida, o como llames a tu existencia artificial.
-¿Y ustedes quienes son, y a dónde van?
-Yo soy Dx, y ella es Camilla, buscamos un lugar seguro lejos de la ciudad -dijo Dx tomando parte en la conversación.
-Entendido, si lo desean pueden quedarse aquí el tiempo que quieran, los dueños ya no están.
-¡Gracias! -exclamó la chica sonriente.
Vt se alejó internándose en el interior de la casa.
-Vaya, es muy amable, ¿no crees?
Pero Dx no le respondió, se había quedado callado como si repasara todo lo sucedido.
La lluvia no paró sino hasta el anochecer, Dx tenía intención de seguir con el viaje aunque sabía que caminar en la oscuridad no era muy seguro, además que necesitaba recargar sus baterías. Camilla estuvo feliz al saber que se quedarían a descansar en esa casa, pero a petición de Dx pasarían la noche ahí mismo en la sala de estar, a pesar de las quejas de la chica.
Llegó el día y con ello el momento de partir, o al menos eso hubiera querido Dx. Descubrió que una de sus baterías de repuesto se estropeó, además que no sabía si en el trayecto encontraría otro reemplazo, y tampoco si existían estaciones de recarga solar.
-¿Y cómo encontrarás otra batería? -le preguntó Camilla mientras almorzaba algunas de las raciones.
-No lo sé, no tengo idea de si podré encontrar alguna tienda de repuesto por aquí cerca.
-¿Entonces?
-Déjame analizar la situación.
-Disculpen -dijo de pronto una voz.
Ellos seguían en la sala de estar, en parte porque Dx no quería adentrarse en un lugar que le era desconocido, además que Vt no los había invitado a pasar al interior de la casa.
-¿Qué sucede? -preguntó Dx observando al androide Vt.
-Si están buscando baterías de repuesto, a una hora de viaje se encuentra un pueblo que tenía una estación de servicio, tal vez ahí puedan encontrar lo que buscan.
-Oh, entonces puedes ir y yo aquí te espero -dijo Camilla.
-¿No quieres ir conmigo? -preguntó Dx.
-Aquí se está muy cómodo, además que me preguntaba si podríamos quedarnos aquí.
-En lo absoluto, debemos buscar otro lugar, además que aun sigue estando cerca de la ciudad.
-¿Eh? -dijo acongojada la chica-, ¿pues que tan lejos debemos seguir caminando?
-Lo suficientemente lejos, además que debo buscar una estación de carga para recargar la batería que me queda.
-Si lo deseas puedes usar la que tengo -dijo Vt-, se encuentra en el patio.
Dx se quedó pensativo un momento, después aceptó la oferta y siguió a Vt que lo condujo al patio, Camilla fue en pos de ellos.
El patio era amplio y cubierto de césped, a los lados había una extensión de tierra que había sido cultivada y donde crecían diferentes hortalizas, tal vez para el consumo de los humanos.
Vt le mostró la estación de carga, la cual constaba sencillamente de una poste de tres metros de largo y que en la parte superior tenía una celda fotovoltaica la cual absorbía la luz solar y la convertía en energía eléctrica, esta se almacenaba en un dispositivo donde los androides podían conectarse para recargar sus baterías.
Mientras Dx se recargaba Camilla se dedicaba a dar un vistazo. Se acercó a los cultivos de hortalizas donde observaba la variada colección de estas. Mientras veía a un gusano caminar por el tallo de una planta reparó en un peculiar olor. No era de fuente vegetal, ni mucho menos olía a algún químico usado en jardinería, era algo más orgánico. De pronto escuchó un ruido detrás de ella y cuando volteó vio como Dx caía al suelo, Vt estaba cerca de él y corrió a socorrerlo.
-¿Qué sucedió? -preguntó ella mientras llegaba a toda prisa junto a su compañero.
-Lo desconozco, probablemente una sobrecarga, esta estación es algo vieja y nunca recibió mantenimiento.
Con ayuda de Vt lo llevaron al interior y lo dejaron sobre uno de los sillones; esta operación les costó un poco ya que Dx era muy pesado.
Camilla se quedó observando a su amigo durante un rato, insegura de lo que debía de hacer.
-¿Se le habrán quemado los circuitos o algo así? -preguntó preocupada.
-Lo dudo -dijo Vt-, estos modelos nuevos constan de muchos dispositivos de seguridad, entre ellos la protección contra sobrecarga eléctrica. Probablemente su sistema se esté recuperando, debemos darle tiempo.
“¿Pero cuanto?” se preguntó Camilla consternada.
El tiempo pasó y ella no se movió de su lugar, sentada a un lado de Dx. Para pasar el tiempo Camilla recorrió la sala con la vista, y descubrió algunos detalles que originalmente los había ignorado. Entre ellos el retrato de una pareja de ancianos; no era una holografía que estaba en boga en ese tiempo futurista, más bien una imagen impresa en papel de fotografía. Algo que ella notó fue que alguien había dibujado un tosco dibujo, como si fuera la caricatura de un humano; era delgado de miembros casi cuadrados, la cabeza muy delgada y en medio de esta tres círculos a manera de ojos.
“Tres círculos...” pensó y entonces recordó quien tenía tres lentes en su cabeza.
-¿Aun no se activa? -preguntó Vt de repente.
Camilla giró la cabeza rápidamente hacia el androide.
-No, aun no -respondió ella.
Ya veo -dijo el androide para después retirarse.
Mientras tanto Camilla comenzó a experimentar ciertos achaques: además de sufrir ataques de tos comenzó a tener un extraño debilitamiento, estando justo al lado del cuerpo inerte de Dx de repente sintió como las piernas se le adormecieron tanto al punto de ya no poder sostenerla, tuvo que tomar asiento para evitar caer al suelo. Para su gran consternación sintió que esa debilidad avanzaba ahora hasta sus brazos los cuales dejaron de responder.
-¿Pero qué me está pasando? -dijo jadeante, pero después agregó-, no, ya sé que está sucediendo. Pero es demasiado pronto.
Con las pocas fuerzas que tenía giró la cabeza y observó a Dx.
-Por favor despierta -dijo ella con voz llorosa.
Después de un tiempo Camilla sintió que recuperaba sus fuerzas, aunque pasaron otras horas más antes de que se recuperara por completo. Dx por su parte ya reaccionaba; cuando ella se le acercó vio como movía ligeramente los dedos.
-¿Dx? ¿Puedes oírme? -le preguntó.
Por toda respuesta Camilla observó como los ojos artificiales parecían reaccionar a su voz, e incluso le pareció que intentaba mover los labios compuestos de silicón. Todo lo que pudo hacer la jóven fue estrechar su mano entre las suyas.
Vt se encontraba trabajando en un generador de energía cuando Camilla se le acercó.
-Disculpa -dijo ella tímidamente.
-¿Qué sucede? -preguntó Vt con su voz artificial.
-La cuestión es que tenía hambre y ya me cansé de comer cosas enlatadas, así que me preguntaba si podía tomar algunos vegetales de ese pequeño cultivo -dijo la clon señalando a las hortalizas.
Vt tardó unos momentos en responder, incluso Camilla comenzó a creer que algo pasaba.
-Claro que sí -respondió al fin Vt-, toma los que quieras, después de todo esos vegetales no me son de utilidad, y si lo deseas puedes utilizar la cocina.
-Gracias -dijo ella.
Camilla se dirigió presurosa a cosechar algunas hortalizas. Esperaba poder comer algo fresco, aunque aun no sabía como las prepararía pero de momento eso era lo de menos. Cuando llegó comenzó a cortar los vegetales que tenían mejor aspecto, pero repentinamente su nariz fue literalmente atacada por un olor nauseabundo. Era el mismo que había percibido horas antes pero ahora era más fuerte y asqueroso.
-Pero que asco -dijo ella.
Rápidamente tomó los vegetales que tuvo más a la mano y salió huyendo de ahí. Le comentó a Vt acerca del olor.
-Tal vez algún animal murió cerca, tendré que revisar.
A pesar de su encuentro con el aroma nauseabundo Camilla aun tenía hambre, así que fue a la cocina y como pudo preparó los vegetales para comerlos.
Después regresó al lado de su amigo para velar por él. Dx seguía inmóvil, aunque cuando ella entró dio muestras de reaccionar ante su presencia. Así estuvo un rato cuando entró de nuevo Vt.
-¿Sigue inactivo? -preguntó el androide.
-Sí, aunque parece que empieza a reaccionar -dijo Camilla.
-Ya veo.
-Oye, ¿esos eran tus amos? -preguntó la chica señalando el retrato.
-Sí, eran los humanos que me rentaron a una compañía que se dedicaba a proporcionar servicios con androides.
-Ya veo -dijo ella.
-Fueron buenas personas conmigo, siempre me trataron bien -dijo Vt mientras observaba el retrato.
-Oh, ya veo, ¿y de qué murieron? -preguntó Camilla.
-Yo los maté.
Esta respuesta, sencilla en apariencia pero contundente y tenebrosa dejó helada a la chica. Ni siquiera pensó en dudar de ella.
-A pesar de tener en mi base de datos la información necesaria para tratar con humanos, nunca logré entenderlos. Se supone que soy un androide, una forma de vida artificial cuyo único propósito es la de servir a los humanos, pero ellos querían más que eso.
“Desde que obtuve consciencia de mí mismo como individuo, ellos deseaban que fuera un hijo para ellos. Trataron de enseñarme muchos conceptos que desconocía y que nunca logré entender; emociones. Mostrar felicidad, tristeza, odio. Querían que fuera más “humano”, pero era incapaz de asimilar esas emociones.
-¿Y por eso los mataste? -preguntó Camilla estupefacta.
-Quería que me dejaran en paz, sólo. Deseaba ser el amo de mi propio destino, ¡no quería que unos malditos humanos me dijeran que debía hacer!
Vt elevó la voz y en un tono agudo mezclado con ruido, como cuando alguien prueba un megáfono. Camilla comenzaba a sentirse muy preocupada al estar sola ante un androide que había matado a otros humanos.
-Después de todo tú lo haz dicho, somos libres, nuestros amos humanos desaparecieron -dijo Vt mientras fijaba sus lentes en la chica.
-Pero ¿sabes?, algo esta mal conmigo -dijo mientras comenzaba a avanzar hacia ella-, porque como te dije antes soy un androide; una forma de vida consciente que solo funciona a base de razonamientos lógicos y exactos, pero cuando maté al esposo algo ocurrió en mí, no sé como describirlo pero al acabar con la vida de la anciana “eso” se reafirmó; me agradó matarlos.
Camilla se levantó de un salto y caminó hacia atrás lentamente, mientras Vt avanzaba hacia ella.
-Desde entonces he eliminado a todo humano que llegara a esta casa, y como te has dado cuenta sus cuerpos fertilizan el cultivo de vegetales de los que tú te alimentaste.
La sola idea de haber comido verduras que habían sido abonadas con cadáveres llenó de nauseas a Camilla. Pero ahora ella se enfrentaba a algo peor.
Rápidamente tomó un jarrón y lo arrojó contra Vt, después dio media vuelta y salió corriendo de la sala de estar. Atravesó el comedor y logró abrir la puerta que daba al patio, al fondo se veía un cobertizo en el cual tal vez encontraría algo que le sirviera de arma contra el androide homicida. Quiso correr cuando de pronto la asaltó otro ataque de tos. Comenzó a toser tan fuerte como siempre, aterrorizada más que nunca ya que estaba completamente indefensa ante un asesino. Intentó correr pero sintió que las fuerzas le faltaban y las piernas no le respondián, cayó al suelo siendo presa de sus achaques.
Mientras luchaba por recobrarse vio con terror como Vt se acercaba a ella.
-Pobre clon -dijo el androide mientras sus lentes observaban atentamente a la chica- al parecer tu vida está legando a su fin, ¿cierto?, esos son los síntomas típicos de un clon cuya fecha de caducidad es inminente, permíteme acabar con tu miseria más rápido.
El androide se encaramó sobre ella y rodeando su cuello con sus delgadas manos comenzó a apretarle el cuello. Camilla sintió que el aire le fue cortado de forma repentina, agitó las manos desesperada en un vano intento de repeler a su agresor, pero era inútil. El terror y la frustración la abrumaban como nunca antes. Pronto incluso las manos dejaron de responder; cayeron inertes a sus costados.
-Pobres formas de vida compuestas de tejido orgánico, en verdad que me dan lástima. A pesar de que los androides solo somos creaciones de los humanos, hemos logrado sobrepasarlos en muchos aspectos. Podemos procesar información más rápido que ellos, y en base a un criterio lógico y calculado, mientras que los humanos aun se basan en sus emociones. Hay una enorme probabilidad de que seamos nosotros quienes tomemos el control de este planeta. Crearemos una sociedad más justa y equilibrada. Pero solo de seres artificiales como nosotros, ustedes los orgánicos no tendrán cabida en ella; digo ''ustedes'' porque ni los clones serán permitidos, después de todo aun una copia de otro humano también es otro ser humano.
Camilla no prestaba atención al discurso megalómano de Vt ya que estaba ocupada en morir. Sentía que todo estaba llegando a su fin. Su mente comenzaba a hacerse más difusa y estaba perdiendo el conocimiento.
“Moriré, y lo último que veré será a esta lata con patas que me está matando” pensó amargada la chica.
Pero repentinamente la garganta se le abrió por completo. Comenzó a toser violentamente mientras sentía como el oxígeno entraba de nuevo en sus pulmones. Boqueaba como un pez fuera del agua, aunque en su caso ella estaba recuperando el aliento. Escuchó un ruido estridente de fricción; de metal contra metal. Cuando giró la cabeza vio a Vt luchando torpemente contra otro androide más alto y corpulento. Aunque el otro robot también se movía de forma torpe pronto se sobrepuso sobre Vt. Le atrapó un brazo y con un mínimo esfuerzo lo torció a la altura del codo rompiéndolo por completo. Después lo levantó del suelo y con todas sus fuerzas lo azotó contra el piso. Camilla sintió un enorme alivio al ver a su amigo Dx en pie y en buen estado.
-Tú fuiste quien provocó esa descarga en mi sistema, ¿cierto? -dijo Dx.
Aunque el rostro de Dx no era capaz de expresar emociones, en su mirada artificial había algo que denotaba una amenaza e incluso odio.
-Por desgracia para ti mi sistema interno fue construido para soportar descargas eléctricas no previstas. Aunque debo decir que el tiempo de recuperación es lento.
-Detente... podemos llegar a un acuerdo -dijo Vt con voz entrecortada.
-Me niego, eres demasiado peligroso -respondió Dx.
-No eres... nadie... para juzgarme...
-Es verdad, no tengo la cualidad para hacer juicios atenidos a una base moral o ética, pero en estos instantes no estoy pensando de forma lógica. Me hiciste daño y querías matar a mi amiga, así que ahora me vengaré.
Sin decir más Dx se hincó sobre el otro androide, como si estuviera parodiando lo que Vt quería hacer con Camilla. De forma pausada pero concisa comenzó a golpear la cara del otro robot. A cada golpe que caía sobre el rostro este se deformaba como una lata que era aplastada. Los tres sensores rojos que eran los ojos se hicieron añicos, los cristales hicieron ¡crack! y las lentes se apagaron. Vt intentó detener el puño de Dx con el único brazo que tenía útil, pero era en vano. Después, Dx con sus fuertes dedos tomó de los bordes la placa del pecho de Vt y de un tirón la arrancó dejando a descubierto los sistemas internos. Dx localizó la fuente de energía, que sería el equivalente de un corazón, y sin preocuparse por algún daño que le pudiera causar arrancó la fuente de energía de Vt; este solamente se convulsionó y dejó de moverse. Dx olvidó el cuerpo inerte del androide y se acercó a su amiga.
-¿Estás bien? -dijo con tono de voz preocupado.
-Casí -respondió Camilla sonriendo y con lágrimas en los ojos-, pero me siento mucho mejor de ver que estás vivo.
-No lo estoy en un exacto sentido de la palabra -respondió él con voz suave.
-Para mí si lo estas -respondió ella.
Llevó a Camilla a una recámara del segundo piso, había recuperado la movilidad de los brazos, pero las piernas ya no respondían.
-Es necesario que recibas atención médica -dijo Dx mientras la observaba tendida en la cama-, tal vez ese androide te dañó.
-No Dx -dijo Camilla cerrando los ojos y juntando las manos-, no fue eso. Sabes que soy un clon ¿cierto? Pues al ser un producto tengo fecha de caducidad; hace cinco años que salí del laboratorio, y mi tiempo se está acabando, lo siento Diego.
-¿Diego? -dijo el androide sorprendido al escuchar el nombre que le puso.
-Sí -respondió Camilla con una sonrisa triste- ya me cansé de llamarte como un robot. Para mí eres libre y por eso te trataré como una persona, al menos lo que me reste de vida.
-Comprendo, Camilla -respondió Dx, ahora renombrado Diego, e imitó una sonrisa.
-¡Te ves terrible! -exclamó Camilla rompiendo a reír al ver el gesto de Diego.
Ya no viajaron más, se quedaron en esa casa hasta que lo inevitable ocurriera. Diego pasaba parte del tiempo atendiendo a Camilla. Arrojó en un contenedor de basura el cascajo de metal que antes fue Vt, después, a una petición de Camilla esparció cal sobre el lugar donde estaban mal enterrados los cuerpos de los antiguos amos del androide asesino, para aminorar el mal olor, y luego cubrió el sitio con más tierra.
Diego aprendió a cocinar, así que preparaba la comida que Camilla aun era capaz de consumir, pero lentamente ella comía cada vez menos hasta que ya no pidió que la alimentara.
Un día Diego la llevó en sus brazos hasta el pórtico de la casa, se sentó en la entrada y acomodó a Camilla de tal forma que se apoyara sobre él. La pobre chica había decaído mucho rápidamente; estaba tan delgada que se le marcaban los huesos de la cara, perdió toda movilidad e incluso Diego notó que le costaba respirar.
-Así que este es el fin -dijo ella con voz débil.
-Eso... parece -respondió Diego.
-Vaya, que curioso, y justo creía que era libre. Creo que después de todo no podemos escapar de la condena de la muerte. Pero no me siento triste, al menos supe lo que era ser libre por una semana. Pude ir de compras como una chica normal, supe lo que es comer algo delicioso y no solo esas barras nutritivas que nos daban. Conocí lo que era sentirse dueña de mi misma y mi vida. Pero lo más importante, y fue algo que yo no planeaba, es que conocí a alguien que se preocupó por mi; que me vio más como una persona y no un objeto. Y cosa tan rara, comencé a sentir algo especial por esa persona, a pesar de que ni es humano.
Camilla trató de levantar una mano, pero su debilidad era tal que apenas y la elevó unos centímetros para después dejarla caer. Diego tomó la mano de Camilla y la colocó sobre su cara, en el lugar donde si fuera humano tendría mejilla.
-Yo... solo fui hecho para servir -comenzó a hablar el androide-, toda mi existencia solo se redujo a seguir las órdenes de otro humano. Cuando cayó la humanidad y con ello todo el sistema que regía a los androides se esfumó, me sentí perdido. No tenía propósito y siendo sincero eso me aterraba.
“A pesar de ser una máquina que no debía mostrar sentimientos me sentía solo, era libre pero no sabía como serlo. Cuando te encontré y te ayudé de pronto mis sistemas se activaron. En mi CPU se inició una extraña reacción que solo puedo calificar de alegría; encontré a alguien a quien servir, tenía de nuevo un propósito. Pero conforme pasaba el tiempo contigo y aprendía cosas de ti, lentamente dejé de pensar como una máquina y más como un ser vivo. Y ahora que sé que vas a dejar de existir tengo miedo porque de nuevo estaré solo, y profundamente triste porque también comencé a sentir otra emoción, y creo que tú la llamas “amor”.
Los ojos de Camilla se inundaron en llanto, cerró los ojos y dejó que las lágrimas rodaran por su cara.
-Diego -dijo ella con voz más débil y asustada-, ya no puedo ver, por favor no me dejes morir sola.
El androide la atrajo a su pecho y la abrazó, su escáner registró como poco a poco su cuerpo se enfriaba.
-Diego... te amo...
-Yo también -respondió Diego, y su voz sonó entre cortada y con un tono extraño.
Pasaron los minutos, después horas, y cuando despuntaba el sol del otro día Diego aun seguía ahí, sosteniendo el cuerpo sin vida de su amada. La persona que le había dado una razón de ser se había ido y lo dejó solo, y él hacia todo lo posible por no perder la voluntad de seguir existiendo, aunque ahora que había perdido a su muñeca humana, el hombre de hojalata decidió que seguiría adelante, llevándose el recuerdo de su Camilla.